Caja Navarra, banca 2.0, banca con sentido común

Aunque tiene que quedar por delante mi desconocimiento del funcionamiento de las cajas ( y eso que Antonia, mi mujer, me ilustra como profesional del sector en Sevilla ) la cuestión es que el estilo de la Caja de Ahorros de Navarra (CAN) me parece 'muy 2.0', sobre todo porque pone en ello mucho sentido común.

A veces, entre miedos y palabros, nos olvidamos que lo que viene a representar el fenómeno de la web participativa no es más que llevar a la red lo que, por defecto, hacemos las personas como seres pensantes y actuantes. Nosotros los humanos compartimos ideas, planteamos críticas, colaboramos, nos convencemos y nos convencen y, sobre todo, desplegamos una enorme capacidad de adaptación al medio y de evolución al mismo tiempo.

Y si es muy normal que la gente se involucre en los procesos vitales en la medida que se convencen a través del diálogo normal y sin estridencias con el que se logra encontrar muchos puntos de encuentro, pues algo parecido puede funcionar en el mundo de los negocios. "Oiga mire (puede decirle un cliente) a mi tráteme usted como alguien inteligente, pero sobre todo con sentido común, y seguro que así su producto se ajustará mejor a mis necesidades y yo entenderé mejor que, obviamente, usted quiere venderme algo".

Cuando se presentó Blogbook en Madrid, la última presentación celebrada a comienzos de mayo (perdonad el lapsus, pero no creo que sea un dato relevante) conocí a Fernando Egido en el inevitable networking de después de, en este caso, el acto del libro. Fernando y yo nos pusimos a hablar de, lógico, la web 2.0 y cómo esta iba calando en las empresas de la 'economía real'. Y claro Fernando, responsable de Innovación Tecnológica de la Caja de Ahorros de Navarra, me ilustró con gran detalle de lo que ellos hacen en esta entidad financiera. Luego otro día hablamos por teléfono del mismo asunto.

Para mi, la capacidad de 'las empresas de siempre' de sacar partido de la filosofía y herramientas de la denominada web 2.0, es un asunto realmente potente, puesto que -podemos concluir- en el entorno tecnológico todo esto es más consustancial. Y bien, fui invitado al acto del miércoles pasado en el Beers and Blogs de Madrid, pero no me fue posible ir. Sí le comenté a Fernando que estaba interesado en saber de esta actividad, y amablemente me ha pasado algunos vídeos, que lamentablemente no se ven muy bien y algunos posts interesantes que enlazo (el blog salmón y el blog de Antonio Fumero ).

Yo creo que CAN está dando pasos muy inteligentes, pero sobre todo cargados de una gran sensatez. Está jugando a hacerse comprender por el cliente ( su núcleo central en el organigrama) aceptando aquellas cosas que éste le señala como importantes ( a qué actividad social le otorgo yo mi dinero dentro de la política de responsabilidad social corporativa típica de cualquier caja de ahorros) dejando claras las cosas que está bien dejarlas claras ( qué hacen los gestores de mi dinero con el dinero que yo les aporto) y, porque no, sabiendo que las oficinas de la caja ( en este caso de la CAN) son como un lugar de encuentro donde reunirme o intercambiar un libro.

Esa política de aproximamiento racional, emotivo y muy sencillo hacia el cliente es, para mi, lo más destacado de lo que ofrece la nueva banca de la que hace gala la CAN. Eso con su gente de afuera, con su gente de adentro ( los trabajadores) Fernando Egido me habla del blog interno para las ideas nuevas y otro para la coordinación de proyectos. Y también me da cuenta de los contactos habituales del director general con los trabajadores para pedirles ideas y responder las críticas.

Yo todo esto, muy matizable en muchos sentidos me imagino, tiene para mi un aspecto clave. Cuando la CAN llega de las primeras al mundo web 2.0 puede aparecer ( para los más clásicos del lugar ) como una concesión a la moda, o como una estridencia o atrevimiento. Pero yo identifico este desembarco como una ventaja competitiva fruto de una visión adelantada que, sencillamente, ha sabido conectarse a la filosofía y a las nuevas herramientas de la web participativa usando para ello nada más que el sentido común.