Necesitamos referencias
Las personas necesitamos referencias. Referencias creibles. Por ejemplo, de los lugares, de los trabajos, de otras personas, de la comida, de los coches...Y también necesitamos referencias de las informaciones que usamos.
Esto viene a cuento del lógico debate desatado en relación a la información, que si gratuita o de pago. Estoy en parte de acuerdo con lo que, en alguna ocasión, ha comentado el ex director del Financial Times, Andrew Grower, para quien la información se ha convertido en un commodity (materia prima barata). Lo dice por aquello de que, hoy en día con Internet y la prensa gratuita, medios a los que habría que unir la radio y la tele, estar informado no requiere mucho gasto para el consumidor.
Es cierto todo esto. Mi pregunta ahora es: ¿consumiremos cualquier información, sin tener en cuenta su procedencia y sólo importándonos el precio? Imposible. Para los que consumimos noticias es muy importante, muy necesario, saber de dónde proceden esas informaciones. Qué referencias tienen. No es lo mismo, por poner un ejemplo de periódicos, la información que ofrece La Razón, que la que ofrece El País. Tienen referencias diferentes.
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