Constructores de catedrales
En alguna ocasión he leído la siguiente historia:
"Alguien se acercó a los afanados trabajadores que, por aquel entonces, levantaban un gran edificio y, acercándose a uno de ellos, le preguntó: ¿qué hace usted aquí en esta obra? Yo transporto piedras de aquí a ese lado que usted ve en frente. Con la misma pregunta se dirigió a otra de las personas que estaban trabajando: pues yo tengo que tirar estas viejas paredes. Y por fin se aproximó a una última persona a la que inquirió: ¿qué hace usted aquí en esta obra?, a lo que le respondió: yo levanto una catedral".La idea que quiero transmitir en este post de hoy es sencilla: el desarrollo de la blogosfera, como herramienta de comunicación interna y externa, necesita 'constructores de catedrales'.
2 comentarios:
La catedral ¿es la blogosfera o los blogs individuales?
¿Has oído hablar de las multitudes inteligentes? multitudes inteligentes. Reingold
Es posible que una catedral necesite una visión global que sepa a dónde va el proyecto e imponga sus directrices, pero también es posible que, en sistemas complejos, la visión estratégica local construya una estructura global más eficiente.
Pues entonces.... no estoy de acuerdo.
La blogosfera no puede tener un director. No puede haber alguien que coordine a los diferentes artesanos. Es una multitud inteligente.
Un blog de una empresa sí puede tener un constructor de catedrales. Sobre todo al principio, cuando hay que comprobar que todos son buenos en su oficio y que están usando las herramientas y materiales que se les da para hacer una gran catedral.
Moldeando un poco más la metáfora (que las carga el diablo) podríamos decir que en la catedral de la organización uno de los nuevos artesanos es el bloguero, que tiene un papel importante. O podríamos plantearlo de esta forma: todos los artesanos que trabajan con piedras han recibido una nueva herramienta casi mágica: un martillo percutor. Con una buena preparación, son capaces de hacer una catedral mejor y de forma más rápida. Mal preparados se harán daño a ellos mismos, a los demás y a la estructura de la catedral.
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