Existen tres niveles de problemas
Pensando, pensando, absorto en mis problemas, he detectado que existen tres posturas desde las que convivir con ellos, o tres niveles desde dónde verlos e interactuar con ellos.
Nivel a: es la perspectiva desde una altura adecuada del cerro. Desde arriba se ve dónde están los inconvenientes: los pedregales, la zona de espinos. Y también se comprueban las ventajas: los caminos netos, los atajos aconsejables... Este nivel, trasladándolo al día a día, es como cuando arranca de nuevo el trabajo tras un período de vacaciones. Por ejemplo.
Nivel b: es la más habitual y común. Estamos en medio del bosque. Aquí el tránsito se hace más complejo, hay que esquivar los árboles, los arbustos, la senda a veces se pierde para retomarla más tarde... No hay perspectiva suficiente. Esta imagen nos lleva claramente al fragor de la batalla diaria con sus múltiples llamadas, órdenes imprecisas, acontecimientos imprevistos que, como siempre, surgen sin permiso...
Nivel c: debajo de tierra. Sería cómo si hubiera que construir un túnel como única alternativa. Abajo todo es mucho más complicado y difícil. No hay ninguna perspectiva y la simbología es terrible: el ser humano va siempre debajo de la tierra cuando muere. Esta visión es, claro está, la más deseperada. Estar debajo de la tierra en lo cotidiano significa estar deprimido y no ver salida por ningún lado.
4 comentarios:
Benito, vas a tener que explicarte un poco más... ;)
En qué punto estimado Luis
En el segundo punto siempre es posible apoyarse en los demas para que nos den nuevas perspectivas de los problemas de manera que podamos a partir de los aportes de las otras personas generar un mapa que nos ayude a solucionar los problemas.
El segundo punto es el más habitual. En el que nos medimos a diario.
Publicar un comentario