Sin confianza no hay blog
La confianza es el principal elemento que da sentido a la base psicológica y/o filosófica que sustenta el uso de los blogs. Sin ella no habríamos construido nada. La confianza se detecta, de entrada, en la tecnología. Aceptamos unos instrumentos que, una vez conocidos, satisfacen nuestro afán de diálogo y comunicación. Tenemos que confiar, de igual modo, en la participación de las personas; bien sea en un blog interno o en el externo, ya que sin su concurso ¿de qué serviría un blog?.
Sin confianza es difícil que aceptemos los puntos de vista contrarios a los nuestros. Ella nos permite, también, albergar esperanzas relativas a la responsabilidad de aquellos que deciden aportar su sabiduría para, entre todos, alcanzar metas comunes.
La confianza es, en el día a día, la razón que refuerza nuestra paciencia para asumir que, si bien la dinámica del diálogo a veces es complicada y saturadora, las conclusiones finales son positivas.
Pero la confianza por la confianza no es, sin embargo, la única medida. En el trabajo de bloguear hay que aplicar discernimiento para elegir la mejor alternativa. Hay que saber renunciar y apostar continuamente. Exige también una capacidad de veto de aquellas propuestas o aportaciones que se salen de los límites que marcan la educación y el sentido común. Aunque, da igual, si mentalmente has elegido la vía de la conversación, resulta evidente, que sin confianza no logras nada.
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