Pongamos que llama un periodista...
Pongamos que un periodista llama. El comunicador anda en su puesto de trabajo y ha de atender al informador sobre un tema en concreto. Tal informador es bien conocido por el comunicador. Pertenece al medio de comunicación X que, habitualmente, suele hablar poco de la empresa o institución para la que trabaja el comunicador y, cuando lo hace, suele ser para hablar mal.
El comunicador tiene suficiente experiencia con ese medio de comunicación concreto y sabe que cualquier llamada de cualquiera de sus periodistas tiene como objetivo lograr algunos datos que avalen una perspectiva de la noticia tomada de antemano que, evidentemente, es una perspectiva contraria a los intereses del comunicador y de su empresa.
La llamada del periodista espera. Hay que tomar una determinación en segundos. Y la pregunta es: ¿vale realmente la pena atender a ese informador que sabes perfectamente no va a escribir nada bueno acerca de tus intereses? Si, no... ¿Que hacemos? Se le dice al periodista que no está el comunicador, que mejor que haga sus peticiones por correo electrónico. O por el contrario: pase lo que pase, hay que responder a todo lo que pida.
3 comentarios:
Sin duda Benito hay que contestar. Por educación en primer lugar; en segundo porque el periodista y el informador,están hoy aquí y mañana allí. Y en tercer lugar porque si no se atiende sí que existe un riegso cierto y concreto que nos pongan a caldo. Un abrazo
"si no se atiende sí que existe un riegso cierto y concreto que nos pongan a caldo"
obviamente. aunque la información sea positiva o negativa, negarte a ti mismo la posibilidad de influir en la información es un error.
Es como no atreverte a pedirle de salir a una chica. Si no lo haces, no tendrás un sí.
Pero sobre todo, por educación. Si habla mal de la empresa, no es porque le caiga mal la empresa o el comunicador, habrá ciertas razones objetivas.
Estoy con Fernando y con Carlos, hay que contestar. Como bien dice Fernando, los periodistas estamos hoy aquí y mañana allí, así que no hay que ir ganándose enemigos porque el medio para el que ahora trabaja no sea de nuestro agrado.
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