Usar los medios participativos tiene su coste
Leo a Steve Rubel, quien por cierto ha bajado el ritmo de publicación en su blog Micropersuasion, y me planteo la nada fácil tarea de analizar, aunque sea brevemente, la aclimatación de las herramientas participativas en nuestras vidas y entornos, ‘para no quemarte y salir bien parado’.
Está claro que las novedades que incorporamos tienen más o menos sentido en la medida que les encontramos utilidades, pero todo tiene un coste. Cuando se forma parte del grupo que rompe una dinámica y apuesta por otra, se corre el riesgo de acertar o fallar. Así de claro, no hay ‘medias tintas’ como aquél que dice.
Acertar con los medios participativos significa que su uso se impone pues nos ayudan a hacer mejor lo que antes de hacíamos de otra forma. Pero claro eso implica ‘romper moldes’, lo que provoca rechazos de la parte más inmovilista.
De forma singular, la involucración con los medios participativos demanda un plus añadido de esfuerzo para sus defensores, quienes tienen que demostrar que tiene sentido lo que proponen.
La salida transitoria más común en nuestros días es tirar por la vía del medio, compatibilizando en la medida de lo posible los modelos viejo y nuevo . Ahora bien, resulta inevitable mojarse hasta el punto que la apuesta por lo innovador, por internet, no nos debe dejar nunca con los brazos cruzados y sin hacer nada.
1 comentario:
A mi he ha encantado eso de "aplicar el principio de pareto"
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