La participación no se puede exigir
Si existe algo claro en el comportamiento del ser humano es que la participación no se puede exigir. Se da o no se da, pero de una manera natural y no forzada. Esto viene a cuento de algo que particularmente me parece fundamental respecto a la arquitectura de la web 2.0 que se basa en la aportación de conocimiento como cuestión básica.
En la vida cotidiana, en el ámbito profesional o privado, siempre nos encontramos situaciones en las que especulamos sobre la participación de las personas. Lo normal es que la solicitemos, la exijamos en según qué casos, pero siempre se convierte en una incógnita aunque con ciertos índices de probabilidad.
Cuando iniciamos la senda de la internet participativa con la aparición de los primeros blogs hace ya más o menos sus diez años, la red daba un salto evolutivo histórico pues decía a toda la sociedad: ¡eh, ya no tienes que esperar más, tu puedes ser el protagonista de la comunicación y puedes decir, opinar aquello que quieras a través de un altavoz que nunca jamás en la historia el ciudadano de a pie había imaginado!
La literatura y la marcha de los acontecimientos nos enfocan en el proyecto humano más grande nunca fraguado en cuanto a número de personas, que se bautiza con el nombre de 'Sociedad del Conocimiento', una expresión que viene a decirnos que las barreras se han caido y que las ideas son patrimonio colectivo. Es la hora de dar y recibir sin que medie en ello más que el uso de unas herramientas que permiten ese juego, pero a nivel planetario. De ese esquema surge el software libre o la archiconocida Wikipedia.
La aportación de las personas se ha convertido en un asunto clave en estas circunstancias, pero como está siendo desde que el ser humano es el ser humano, es algo que se da o no, nunca se puede exigir. ¿Es esto algo que limita o reduce el éxito de la web 2.0? En principio no, pues con lo que ya de hecho hay en cuanto a involucración se han conseguido y se están consiguiendo cosas impresionantes. ( Me llama en este sentido la opinión de Pisani que leo en Blog o corp)
La opinión de muchos es que este fenómeno de la participación no ha hecho más que comenzar. Sus consecuencias serán de una forma u otra según se piense en dos criterios básicos: cantidad y calidad: cuanta gente aporta y de qué manera.
2 comentarios:
Creo que la palabra que mejor define la idea de lo que este post me transmite es "LIBERTAD": Los humanos somos seres que deseamos y necesitamos vivir en libertad y precisamente buscando esa libertad es que también decidimos colaborar y participar con más ímpetu cuando los proyectos son de carácter voluntario, pues no privan nuestra libertad... Creo que en eso se basa también la Web 2.0, en la libertad que tenemos como entes pensantes de expresar lo que sentimos y es por eso que este medio se ha convertido en algo exponencial.
SM
La educación juega un papel interesante, aunque no lo parezca. En la medida en que las clases sean más participativas y los niños se acostumbren a expresar su opinión (ojo, no confundir con faltar al respeto al profesor, que eso se lleva ahora mucho), las personas se acostumbrarán a utilizar esa libertad de la que SM hace mención.
Y eso, con el tiempo, repercutirá en la manera en que un cliente se ponga directamente en contacto con una empresa cuando algo no le satisfaga (y no se quejará sólo a terceros, sino directamente a la empresa mediante una hoja de reclamación).
La participación es un hábito y se puede fomentar desde temprana edad.
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