La comunicación real
Pienso que sólo valoramos lo que es escaso y hacemos caso omiso de lo que abunda. Es la regla económica de la oferta y la demanda aplicada a la cotidianidad, vulgo 'día a día'. La idea me surge de una aportación que Consultor anónimo realizó a uno de mis posts titulado ¿intranet o blog interno?, junto con otras de Luis Rull y Fabián Gradolph. No pude en su momento entrar en el diálogo. Luego me pareció ya tarde. Más tarde, parecía más tarde aún. Y al final tenía yo la 'mosca tras la oreja' y el zurrón de temas para postear algo vacío, así que me puse a la faena.
Esta breve introducción no busca desmerecer ni mucho menos el tema. Totalmente en la antípoda. La cuestión es que estoy radicalmente de acuerdo con consultor en el tema de que la comunicación debe ser percibida como un valor real. Es una gran paradoja. El ser humano desde que tiene la capacidad de comunicarse da por sentado que efectivamente esto de comunicarse es así y punto. Se da y ya está. No lo valora, ya que hipotéticamente abunda.
La abundancia suele estar reñida con la calidad. Potencialmente existen muchos procesos de comunicación, pero muy pocos son válidos. Validar la comunicación es hacerla real. Creible. Útil. Verdadera. Necesaria. Productiva. Acreditativa... Lo que garantiza la trascendencia es la utilidad. ¿Es útil la comunicación? Sí desde luego. Gestionémolas adecuadamente. Démosle el lugar que merece. Y no demos nada por sentado. Las herramientas están a nuestra disposición. Hace falta dar el paso de usarlas. Adecuadamente. Gracias estimados Fabián, Luis y Consultor.
1 comentario:
son un gran familia de locos que vaya el chato
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