El silencio administrativo y la comunicación
El silencio administrativo me parece una figura de lo más interesante. Con el tiempo, y muchas generaciones de funcionarios, nos hallamos ante una fórmula por la que una institución cualquiera puede aceptar o denegar una petición, simplemente dejando de contestar a quien la plantea.
Pero el silencio administrativo, como dinámica humana, va bastante más allá del mundo institucional o del funcionariado. Una forma de silencio administrativo es no contestar a un correo electrónico. Por ejemplo. La motivación de esa negativa a responder un e mail es otra claro, y de naturaleza muy variada.
Desde la perspectiva del esquema comunicativo, el silencio administrativo rompe el vínculo entre el emisor y el receptor por incomparecencia de este último que prefiere, por la razón que sea, no responder.
No me atrevería a decir que el silencio administrativo dentro de nuestra vida común, tanto en lo personal como en lo profesional, sea una mala práctica. A veces el silencio es más claro que las palabras, pero el silencio duele casi siempre y angustia, aunque esto sería una percepción demasiado humana.
Por último, pienso yo que el silencio administrativo va en contra del sentido de la Sociedad del Conocimiento, lo cual, así tal cual, no digo que no suene algo exagerado. Pero tiene cierta lógica: si la Sociedad del Conocimiento se basa en compartir información y para ello el diálogo es necesario, resulta obvio que el silencio administrativo rompe el vínculo de la comunicación y acaba con el diálogo. Para bien o para mal.
Desde la perspectiva del esquema comunicativo, el silencio administrativo rompe el vínculo entre el emisor y el receptor por incomparecencia de este último que prefiere, por la razón que sea, no responder.
No me atrevería a decir que el silencio administrativo dentro de nuestra vida común, tanto en lo personal como en lo profesional, sea una mala práctica. A veces el silencio es más claro que las palabras, pero el silencio duele casi siempre y angustia, aunque esto sería una percepción demasiado humana.
Por último, pienso yo que el silencio administrativo va en contra del sentido de la Sociedad del Conocimiento, lo cual, así tal cual, no digo que no suene algo exagerado. Pero tiene cierta lógica: si la Sociedad del Conocimiento se basa en compartir información y para ello el diálogo es necesario, resulta obvio que el silencio administrativo rompe el vínculo de la comunicación y acaba con el diálogo. Para bien o para mal.
5 comentarios:
No puedo estar más de acuerdo, incluida la sentencia final. Sin embargo, el silencio administrativo implica un sí de hecho a la solicitud de la que se trate. Cosa que no ocurre en las relaciones entre las personas, más bien al contrario. Por otra parte, la ley de procedimiento administrativo común dice que las resoluciones negativas deben estar debidamente razonadas, y eso complica la vida de algunas administraciones de cara a la opinión pública, en algunas ocasiones...
Totalmente de acuerdo con Joseba: si no hay respuesta es un sí, o al menos así nos lo enseñan en derecho y en ciencias políticas.
El "silencio administrativo" se da también y mucho en la empresa privada, con la diferencia de que ahí no significa un sí, más bien es un reenvío al limbo.
Buenas a todos, soy nuevo comentando por estos lados. No recuerdo bien cómo llegué; de todos modos cuando comencé a leer los artículos me parecieron de mucha calidad.
Con respecto al tema en cuestión, me pareció brillante la articulación entre la sociedad del conocimiento y el silencio.
No me quedó del todo claro (por ignorancia del que suscribe) a qué se hace referencia con el término "silencio administrativo".
Lo del silencio administrativo es sólo un recurso estilístico si quieres, un pequeño ardid. El hecho es que esa figura, propia de la administración, digo yo (haciendo una extrapolación) se da también en la vida diaria cuando, sencillamente, no se contesta un mail. Con ello no quiero decir que se contesten todos y en todo momento. No. Es una cuestión, sencillamente, de la predisposición ante el juego de dialogar. Y creo que esa predisposición debe conducirse a facilitar la comunicación porque eso principalmente redunda en beneficio del conocimiento colectivo y, por tanto, de la sociedad del conocimiento.
Gracias por la aclaración.
Totalmente de acuerdo; aquí en Argentina la mayoría de las Instituciones poseen ese silencio antidialógico.
A mi me llama muchísimo la atención ver cómo empresas que se dedican a comunicar como Telecom, CTI (empresa de celulares), Telefónica, etc. sus call centers son un canto a la demora, a la mala atención, en definitiva, a ese silencio que refieres.
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